Educación, innovación y fortalecimiento institucional son claves para lograr la competitividad pos-Covid
La educación y la innovación deben ser una absoluta prioridad, al igual que un consenso nacional para el fortalecimiento institucional, principalmente del Poder Judicial, como principales claves que plantearon los panelistas del debate sobre Competitividad pos-Covid y Reactivación Económica, que constituyó el cierre de la segunda noche de #CompetitividadParaguay, organizado por la Fundación Paraguaya.
Esta vez participaron como expositores: Manuel Benítez Codas, Gerente de Holiday Inn Paraguay, Oliver Gayet, presidente de la Asociación de Restaurantes del Paraguay, Martin Burt, director ejecutivo de Fundación Paraguaya y Amílcar Ferreira, consultor en Finanzas y Estrategias. Actuó como moderadora: Gladys Benítez, editora de Economía del diario ABC Color.
Ferreira señaló que la pandemia de Covid-19 afectó principalmente al empleo en la economía urbana y en menor medida al campo, que por su naturaleza siguió funcionando con relativa normalidad. “Ahora, cuando en gran parte del mundo las economías se están recuperando, se ha generado una importante demanda de materias primas y como en nuestro país somos productores, estamos siendo beneficiados”, alegó.
El experto indicó que la salida de la pandemia va a significar un desafío grande para el Paraguay. “En la medida en que vayamos avanzando con la vacunación, se va a ir normalizando la actividad y el Paraguay, de a poco, iría retornando a su potencial de crecimiento, que está más o menos en un 4% anual”, precisó.
Dijo que los escenarios posibles son: a) que no pase nada, que volvamos a un crecimiento vegetativo, de entre 3 a 4 %, muy dependiente del clima, con periodos de estancamiento; b) un escenario positivo, “en el cual tengamos una lectura correcta del desafío más importante en esta etapa de nuestra historia, que es el fortalecimiento institucional. Es momento de un avance cultural, de generar un gran acuerdo en torno a la idea de que haya reglas de juego muy bien establecidas, que sean iguales para todos los jugadores, que el Poder Judicial, principalmente, sea fuerte, que cumpla el rol que se espera en un sistema republicano y que a partir de allí el país alcance grado de inversión”.
La debilidad institucional tiene su impacto en la economía, hace que no tengamos grado de inversión, que a su vez hace que no podamos recibir niveles mayores de inversión extranjera directa. Paraguay tiene muy baja inversión, frente a países vecinos, indicó Ferreira.
Martín Burt puso énfasis en que el Paraguay enfrenta actualmente un desafío similar al de la Guerra del Chaco. “Tenemos que empezar a comprar las cañoneras ahora (como lo hizo el gobierno de Eligio Ayala años antes de la contienda bélica), para un conflicto que no sabemos cuándo vendrá, porque hoy de cada diez criaturas que entran a la escuela, solo cuatro se reciben de bachiller”, refirió.
Burt dijo que la educación es probablemente el mayor desafío. “Uno pregunta al Ministerio de Educación cuál es su plan ante esta realidad y sus directivos dicen: no es con nosotros, es con la sociedad. Tenemos el problema de un Estado muy ineficiente y muy fragmentado. El sector de Salud no habla con el de Educación, y el de Educación no habla con el sector de infraestructura. Son quince ministerios y ochenta y cinco secretarías, cada uno por su lado, y eso crea una gran ineficiencia”, manifestó. Planteó realizar un pacto social que dure 15 años, para que se pueda lograr que todos los niños y niñas que van a la escuela, se gradúen.
Por otra parte, Oliver Gayet relató como la pandemia tomó totalmente de sorpresa al sector de la gastronomía. “En marzo del 2020 nos cayó una bomba, tuvimos que cerrar todos los locales gastronómicos, sin aviso previo. Estuvimos 112 días cerrados el año pasado, este año por 15 días y por 8 días, usamos todo nuestro ingenio para poder sobrevivir. Entre 20 a 25 % de las empresas gastronómicas en Paraguay cerraron definitivamente sus puertas”, indicó.
Aún les cuesta ver el futuro, porque necesitan volver a trabajar libremente sin protocolos, sin distanciamientos en las mesas, sin límites de horarios, y eso todavía parece lejano. “Todos estamos endeudados, no necesitamos más créditos, sino nuevos plazos para pagar lo que tenemos”, explicó.
No encuentran suficiente respuesta del Gobierno y el sector político para avanzar. “Tienen prioridades políticas por encima de las necesidades del país. En Paraguay hay 123.500 personas que trabajan en gastronomía. El sector formal mueve 1.6 mil millones de dólares. Dicen que la industria de la carne es el principal motor de la economía, sin embargo, nosotros movemos un monto casi igual, pero no nos toman tan en cuenta”, demandó.
Manuel Benítez Codas agregó que el sector de hotelería también fue muy afectado. “Se cerraron las fronteras y nos quedamos sin clientes. Tan solo en Asunción, más de 20 mil familias viven del turismo. En marzo de 2020, se nos cayeron 300 mil dólares de reservas en una sola noche. No fue fácil entender cómo sobrevivir. No hay escuela en el mundo que haya enseñado cómo hacer cuando se cierran todos los negocios y nos encontramos con cero clientes”, relató.
Hubo que usar el ingenio para salir adelante, probar estrategias como los hoteles destinados a salud, buscar nuevos mercados. Asegura que hay buenas perspectivas de reactivación. “El turismo es muy sensible a cualquier crisis, pero es una industria de muy rápida recuperación. Ya tenemos programas de importantes eventos para el año que viene. La gente quiere viajar, quiere salir al aire libre. La pandemia fortaleció mucho el turismo interno. No solo el paraguayo viajó y conoció lugares de su país, sino que los pequeños hoteles pasaron por una prueba de fuego de mucho movimiento y vieron que deben mejorar. Eso ayudará a que el sector se profesionalice y fortalezca el capital humano”, puntualizó.
