Invertir en la educación técnica es una prioridad
Por Luis Fernando Cateura
Gerente del Programa Escuelas Autosostenibles
La relevancia que tiene la educación para nuestro presente y futuro, no tiene ningún margen de dudas. Expresiones como está siempre son utilizadas y generalmente esbozadas como anhelo más que como un llamado a la acción. Desde distintos abordajes y puntos de vista es por todos validado que el camino es una educación de calidad.
Así como lo expresa el Objetivo 4 de las metas del desarrollo sostenible: garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos. Para el logro de este Objetivo, las Naciones Unidas consensuo con los países miembros, varios indicadores, como por ejemplo: para 2030, velar por que todas las niñas y todos los niños terminen los ciclos de la enseñanza primaria y secundaria, que ha de ser gratuita, equitativa y de calidad y producir resultados escolares pertinentes y eficaces; para 2030, velar por que todas las niñas y todos los niños tengan acceso a servicios de atención y desarrollo en la primera infancia y a una enseñanza preescolar de calidad, a fin de que estén preparados para la enseñanza primaria.
Para 2030, aumentar sustancialmente el número de jóvenes y adultos que tienen las competencias necesarias, en particular técnicas y profesionales para acceder al empleo, el trabajo decente y el emprendimiento; para 2030 garantizar que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible, entre otras cosas mediante la educación para el desarrollo sostenible y la adopción de estilos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad entre los géneros, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural y de la contribución de la cultura al desarrollo sostenible, entre otros medios.
Un punto de mucha preocupación es lo referente a la educación técnica, que tiene un principal realce en estas metas y requiere una atención por parte de las autoridades con el mismo énfasis. Con mucha pena vemos por las publicaciones de distintos medios de comunicación, que los laboratorios de los colegios técnicos están obsoletos; sin laboratorios o material para hacer prácticas, no se puede generar el aprendizaje que esperamos ocurra en estas instituciones. De hecho que el alto costo de mantenimiento de un colegio técnico impulsó a la Fundación Paraguaya a desarrollar un modelo educativo denominado Escuela Autosuficiente. La educación técnica de calidad no solo requiere la actualización de los laboratorios, también demanda actualización de sus docentes y la inclusión en forma específica de las habilidades emprendedoras.
Como tal, el modelo desarrollado, se puede definir como un modelo orientado al mercado, tanto laboral como comercial. En la Fundación Paraguaya, miembro de la Red UNEVOC, cumplimos con estos objetivos por medio de nuestras Escuelas Técnicas (Cerrito, Belén, San Pedro y Mbaracayu), donde se desarrolla el modelo de Escuela Autosostenible que permite reducir el nivel de abstracción de los contenidos educativos y ayuda a que los alumnos adquieran habilidades emprendedoras.
Bajo la metodología del aprender haciendo, vendiendo y ganando, jóvenes provenientes de distintas partes de la república se forman en el sector agropecuario, ambiental, hotelería y turismo, con la implementación de unidades de negocios didáctico productivas como: el Hotel Cerrito, Hotel Belén, Hotel Mbaracayu, la planta láctea, la huerta, reforestación, apicultura, viveros frutales y ornamentales, exportación de esencias entre otros, que además permiten que las escuelas no solo generen aprendizaje, sino que a la vez generen recursos para invertir en las mismas y poder seguir brindando una educación de calidad.
Con un aprendizaje basado en valores se desarrollan las actividades educativas, que posibilitan a los jóvenes a planificar e incrementar su autoestima, resolver problemas, mejorar nivel de comunicación y aprenden a identificar oportunidades. El aprendizaje implica cambio, pues un conocimiento por más voluminoso, si no se sabe cómo usarlo, es inútil. Por eso, son muy interesantes las oportunidades que una escuela autosostenible genera para sus docentes y alumnos. Las unidades de negocio didáctico productivas son los laboratorios donde ocurren estos aprendizajes, y son reales. Es muy aleccionador contar con un tambo, que tiene sus propios requerimientos, así como el Hotel Escuela, son muy válidos para generar aprendizaje.
Las llamadas habilidades blandas son fuertemente requeridas cuando el joven se expone a situaciones reales que generan aprendizaje. Desarrollar habilidades de comunicación es la base para que los jóvenes puedan superar su timidez y enfrentar a los clientes, con el ánimo de éxito de concretar una venta. Consideramos que si la escuela es emprendedora, podrá generar alumnos con habilidades emprendedoras, para ello tenemos que brindar oportunidad a los docentes en adquirir nuevas habilidades, tenemos que entrenarlos.
El modelo de escuela autosostenible busca crear espacios de interacción con la comunidad, busca generar el arraigo del joven de forma a que los conocimientos técnicos le permitan regresar a su comunidad, insertarse y desarrollarse.
Nuestros técnicos son agentes de cambio. Las virtudes enunciadas sobre este modelo educativo han permitido no solo mantener operativas nuestras escuelas, sino que ha despertado el interés en varias instituciones de varios países.
Un cambio de paradigma es lo que ocurre en los jóvenes formados en nuestras escuelas, confiado en sus habilidades, aprende a identificar las oportunidades. Y como ciudadano global no solo evalúa lo que puede hacer por su familia, por su comunidad, por su país y por el mundo. Pero por sobre todo, aprende a planificar y a tener metas para su vida.
