Sostener para emprender

Con una entrada pet friendly, en compañía de su perrita Bree, Javier Barbero se sumó a la celebración por nuestros 20 años. Inició su magistral animando a los jóvenes con dinámicas de motivación, que al final, tuvieron un propósito, entender que para emprender, en cualquier ámbito de nuestras vidas, necesitamos trabajar en equipo.

Javier Barbero es coach ontológico hace más de 30 años, su día a día es trabajar con las relaciones humanas y ayudarlas a mejorar y fortalecer sus vínculos afectivos. Ambos temas son muy importantes para cualquier joven que decida emprender porque de alguna u otra manera, trabajará de manera conectada con la otra persona.

Cuando hablamos de relaciones humanas, nos referimos a la capacidad de trabajo en equipo y eso necesita, inherentemente, equilibrio y aporte de cada uno.

“Nada pero nada vamos a poder hacer solos. Desde la panza de nuestra mamá hay un equipo”.

En el momento en que Javier terminó esa frase, con la que todos asentaron con la cabeza, invitó a hacer una dinámica muy interactiva. Pidió a los jóvenes armar una dupla con la persona que tenían a su lado, ponerse de frente y mirarse; luego pidió que cada uno se presente, se agarren de las manos y junten la punta de sus zapatos entre sí. Pidió, que cuando contase hasta tres, ambos se echen para atrás. Y así fue que, esa pequeña dinámica, nos hizo entender que la vida siempre implica sostenerse de las manos de alguien para tener un equilibrio. Pero, también se trata de confiar en aquellas manos que nos sostienen.

Para el liderazgo es muy importante entender esto porque cuando estamos trabajando y generando vínculos afectivos o laborales, la persona nos entrega su vulnerabilidad y confianza y ahí vino la segunda enseñanza de la dinámica, trabajar en equipo implica riesgos, pero hay que saber tomarlo con responsabilidad.

Cuando el ego de un líder es el mayor impulsor para cualquier emprendimiento hay muy pocas posibilidades de que eso florezca con éxito, por eso hay que mirar a las personas que conforman un equipo como la mayor inversión de cuidado.

Javier Barbero tocó el corazón de cada joven, pero también compartió un momento maravilloso y de reflexión con cada uno, donde les enseñó de una forma dinámica a animarse a crear comunidad, a generar vínculos y sostenerse entre sí para lograr que cualquier emprendimiento tome vuelo solo.

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